¿Qué es ser un hombre? (o mujer, o sapiens)

    Antes de empezar a desgranar el tema de esta semana, no quiero que el título de la entrada induzca a error o malentendidos. Sé que el título así es llamativo, pero creo que hombre lo tengo en mente como especie, como si pusiese "¿Qué es ser un sapiens?", al igual que sería igual de válido poner "¿Qué es ser mujer?".

    Youtube a veces me da miedo, parece que me conoce y sabe lo que me gusta. Dicen que esta red tiene una IA (inteligencia artificial) que aprende de lo que buscas, consumes y luego ajusta sus recomendaciones en base a eso. 

    Pues bien, el iconito rojo esta semana, será casualidad o causalidad, me recomendó un vídeo corto en el que salía hablando el actor Sam Elliott (entre otros: Gracias por fumar, El Extraño en El gran Lebowsky) y el entrevistador le hacía la pregunta del título: ¿qué es para ti ser un hombre?

El Extraño

    Yo me preparaba para lo peor, ya sabéis, tipos mascando tabaco, escupiendo al suelo y haciendo concursos de ver quién la tiene más larga, pero me encantó la respuesta, hacía referencia a crecer con su padre y los amigos de éste: 

"Todos eran muy hardcore, eran caballeros, agradables, no unos capullos y muy trabajadores. "

    No soy muy ducho en el inglés, pero en este contexto hardcore hace referencia a esa gente que no se le cae los anillos a la hora de arremangarse y ponerse a hacer lo que hace falta. 

    De esta manera, y como citaba más arriba, casualmente o causalmente intercambiaba algún correo con Dani de Entrena como un Héroe (recomiendo encarecidamente su newsletter) sobre una reflexión tabernaria que le puse encima de la mesa y enlazada con algo que él siempre predica:

La gente no se compromete con nada (pon lo que quieras: políticamente, con el barrio, en lo social)

A lo que yo añadí: 

Y somos más blandos que la mierda de pavo.

    Ojo,  no voy a tirar la mano y esconder la piedra (o será al revés?), soy el primero que en vez de evolucionar a veces parece que involuciono, lloriqueo y me quejo de/por todo.  

    Para rematar y entretejiendo este entramado, creo que hay que ser un poco más como el señor de la barra de El gran Lebowsky, y ver que referentes tenemos para, al fin y al cabo, ser mejor persona y no ser como el meme del perro (ya sabéis, el que si no lava la rúcula le pica el colon). 

    Puede ser un trabajo duro, incómodo y posiblemente nada agradable...pero como todas las buenas recompensas, requieren arremangarse, llenarse de mierda hasta las cejas y luego disfrutar. 

¿Te animas?