La era de la electricidad a pedales

El fin de semana pasado se celebraba en Girona el Sea Otter Europe. Para los que no lo sepáis, es una feria en la que se pueden visitar las novedades de los escaparates de las marcas allá presentes, probar algunos modelos e incluso coincide cuando se disputan varias pruebas deportivas.

Este año, me ha cogido lejos, de hecho, en la otra punta del mapa, pero casualmente un buen amigo pudo acudir y me informó de lo que allí pudo ver. 
Incluso perteneciendo al sector, ya que dirige un negocio de reparación y alquiler de bicicletas, me comentaba con estupor lo que parecía, a primera vista, lo que más se promocionaba: las bicicletas eléctricas.

Parece ser que el producto estrella ahora es la bicicleta de montaña eléctrica, sí señor. De hecho, hasta me comenta que día a día, en su trabajo, no paran de preguntar por un modelo u otro, no precisamente los baratos y que por ejemplo, es rara vez cuando le consultan por una bicicleta urbana destinada a un uso diario y polifacético.

Algunas razones por las que piden las eléctricas son (si estáis bebiendo algo, tragad, no sea que mojéis la pantalla):

  • Es que pedaleando sudo. No fastidies?!?! Creo que es algo común en el ser humano!
  • Mis colegas de grupeta están muy fuertes y yo me quedo atrás.  Ay amigo, en esas hemos estado tod@s. Sal a pedalear más y seguro que recuperas la forma.
  • No tengo tiempo. Ajá, yo a veces tampoco. Pero hay que intentar rascar algo y posiblemente ajustarte a un recorrido corto y exigente. 
Como todo en esta vida y las monedas, cada cosa tiene dos caras. Si sólo pusiese cosas malas pensaríais que soy imparcial, pero una de las razones por las que yo iría en bicicleta eléctrica sería por un impedimento físico (léase una lesión que me impida ser solvente, la edad se suple con tranquilidad). Otra que se me ocurre, así a botepronto, es que esa misma bicicleta sirviese a varias personas en la casa para ir a trabajar hasta un pueblo un poco alejado y quitar un coche más de las carreteras.

Cosas malas o contras, podría poner muchas, pero seguro que las habéis leído más de una vez en varias publicaciones como esta. El que más me preocupa es la corta longevidad de una de estas máquinas, seguro que en unos años la batería "muere" y por consiguiente, todo el hierro acaba en la basura y más porquería para el medio ambiente.

Cada semana veo en Vigo, una ciudad en pendiente muy inclinada, mensajeros que van con bicicletas de piñón fijo o libre ir sin mayores problemas. Y gente normal y corriente con antiguas bicicletas de montaña ir a su ritmo, sin necesidad de costosas máquinas. 
En Pontevedra, la empresa que se dedica a la bicimensajería, cuenta con una cargobike. Imaginaos la de peso que se deben tener que mover algunos días...y sin embargo, no van con una bicicleta eléctrica. Un saludo a Ecomensajería Pedaleando :)

Resumiendo, y a modo de cierre, todas las facilidades que nos puede aportar la tecnología hay que aprovecharlas, pero no hay que ser su esclavo. Muchas veces el progreso parece ser dar varios pasos para atrás, y sin embargo, lo de toda la vida, dos bielas y una transmisión, no han fallado jamás. 

Muchas gracias a Noé por la idea y la agradable conversación que ha terminado plasmado aquí, a mi manera, en el blog.



 


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