El verano y sus trampas

El verano y sus meses tramposos. Sí, sí, TRAM-PO-SOS. Yo no sé a ti, pero a mí me cuesta horrores mantener cierto hábito de movimiento, ejercicio y saludabilidad.

Son días en los que el calor aprieta, y si no reúnes el valor para madrugar, no te queda otra opción que casi calcinarte en alguna carrera corta...o lo que suele pasar en mi caso, dejarlo correr y pensar "ya lo haré mañana". Que ya se sabe, suele adquirir carácter cíclico y repetitivo y se acaba por no hacer una mi......

Eres como yo y te toca trabajar más duro estos meses? Entonces conocerás esa sensación de salir reventado y sin ganas de mover un dedo. O tienes una parte del día libre antes de tu jornada laboral y decides ahorrarte las fuerzas para la paliza que te va a sobrevenir.

Las tapitas, los botellines...ya se sabe, época de pequeños excesos que pasan factura, pero están tan ricos! En este tema en concreto, al menos, lo que podemos hacer es intentar comer lo mejor posible, y sano. Inflarse a zumo de cebada no es bueno a la larga, cae de cajón, pero tenemos al alcance de la mano un rico gazpacho y maravillosas frutas.

Tampoco dormimos lo que quisiéramos. Vecinos que te despiertan cuando aún seguirías en tu placer onírico o los ruidos derivados de las juergas que se pegan otros.

A todos nos gusta disfrutar de un baño o descansar a la sombra de un árbol, no? Entonces, voy a la conclusión de esta entrada, que va a quedar así corta, porque no ando muy sobrado de tiempo para escribir.
Si sabes que es una época en la que poco vas a poder hacer, relájate. Disfruta de los pequeños ratos en los que puedas darle al pedal o a la zapatilla, muévete lo poco que puedas pero hazlo con calidad y al menos, sí, al menos, aprovecha y toma buena comida de verdad. Y alguna que otra siestecita, que si algo bueno tiene el verano, es eso también.

Un brindis con un vasito de gazpacho! Sköl!!!!

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